Pena de muerte: China da la espalda de nuevo a los Derechos Humanos.

China ha ejecutado al ciudadano británico que fue arrestado en 2007 por tráfico de drogas; en concreto, le pillaron con 4 kilos de heroína en el aeropuerto de Urumqi. La familia de éste había basado su defensa en su salud mental pero nunca fue realizado un examen psicológico ni se realizaron las pruebas necesarias para un juicio justo lo que demuestra que China, una vez más, da la espalda a los derechos humanos. Se trata del primer ciudadano europeo ejecutado en 50 años.
China tiene el poder. Ni la presión popular ni las medidas diplomáticas adoptadas por el Primer Ministro Gordon Brown han dado resultado, China nos demuestra que su poder económico manda sobre todas las cosas y nadie que quiera hacer negocios con ella podrá decirle lo que tiene que hacer.
Ahora, hagamos marcha atrás. Por qué se aisla a países que violan los derechos humanos o no dejamos entrar a Turquía en la Unión Europea porque continúa teniendo pena de muerte y sin embargo, no sólo hacemos negocios con la China sino que además permitimos que se celebren allí los Juegos Olímpicos. Barak Obama hace poco visitó su capital y en un discurso proclamaba a los jóvenes los derechos humanos, qué contradicción hablar de esto en un país con el que a pesar de todo el comercio continua e incluso se fomenta. Porque de China siendo un país qué trafica con niñ@s -mayormente niñas, qué carece de libertad de expresión, donde la libertad de prensa e información brilla por su ausencia, existe todavía el trabajo forzado, la pena de muerte continua vigente, y la violación de un sinfín de derechos fundamentales están a la orden del día, es el país más poderoso del mundo y nadie le pone mala cara.
Y si nos centramos en este caso particular encontraremos un número infinito de razones para rechazar la pena de muerte; aunque ahora ya, sólo podemos llorar la muerte de un europeo en circunstancias del todo salvables.